La pensión de alimentos hace referencia a la obligación legal por parte de uno o ambos progenitores de cubrir periódicamente los gastos necesarios para la manutención de sus hijos. La obligación de satisfacer la pensión de alimentos, así como la cuantía de esta quedará fijada tras la sentencia de divorcio o separación.
Cuando los hijos son menores de edad no existe ninguna duda acerca de la obligación por parte de los progenitores de satisfacer dicha pensión, pero ¿qué sucede en el caso de que los hijos sean mayores de edad?
En la actualidad, se considera que la obligación de alimentos no queda extinguida automáticamente al cumplir el hijo su mayoría de edad. Dicha obligación puede prorrogarse, siempre y cuando quede demostrado que el hijo no está capacitado en ese momento para valerse por si mismo, por causas ajenas a su voluntad.
En estos casos, esta obligación de alimentos nace del principio de «solidaridad familiar«. En el caso de los hijos menores, dicha obligación tiene su origen en la consideración del interés superior del hijo.
Podemos poner como ejemplo las siguientes situaciones:
- Circunstancias personales que le imposibilitan valerse por si mismo como puede ser por ejemplo una enfermedad.
- Cuando el hijo está llevando a cabo unos estudios superiores.
- Cuando, aún a pesar de estar en búsqueda activa de trabajo, no consigue encontrar uno.
Es importante tener en cuenta que esta obligación dependerá de la actitud del hijo, ya que deberá quedar acreditado que las circunstancias que le impiden valerse por si mismo son ajenas a su voluntad y no están siendo alargadas por este de forma intencionada. De esta forma se ha expresado el Tribunal Supremo a este respecto.
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