La violencia de los hijos a sus progenitores es un problema que la mediación familiar soluciona en la mayoría de los casos con éxito.
Edita: Gabinete de Comunicación Bufete Velázquez 27. Editor César Tomás Martín, Socio Director.
Según los expertos, la falta de límites y pautas educativas, los problemas de comunicación y los cambios en la sociedad son los factores más relevantes en los casos de hijos que agreden físicamente a sus progenitores. En lo que va de año, más de 40 menores han pasado por el juzgado por agredir a sus padres o hermanos.
Según la experiencia de Pedro Marín, psicólogo que trabaja en labores de mediación familiar en la Asociación Mediación, el problema que empieza a los 4 o 5 años y que va evolucionando con el tiempo, adquiere unas magnitudes extremas al llegar a la adolescencia, y normalmente se aprecia especialmente en los casos en los que ha existido una separación conflictiva. La impresión del psicólogo se confirma con los datos de la Dirección General de Prevención de Violencia de Género, Juventud, Protección Jurídica y Reforma de Menores. Y es que Verónica López, representante de la entidad, recuerda que el 62% de los jóvenes a los que los juzgados de Menores les han impuesto una medida este año conviven con uno solo de sus padres, bien porque éstos se hayan separado o porque uno de ellos ha fallecido.
Cuando la Fiscalía de Menores recibe la denuncia de los progenitores, un equipo de educadores, psicólogos y trabajadores sociales analizan la realidad del menor y realizan un informe que servirá al juez para elegir la medida más adecuada en cada caso. En un 90% de estos episodios, el menor saldrá del juzgado con una libertad vigilada, en muchos casos unida a la obligación de participar en una mediación familiar. Esta medida está teniendo muy buen resultado y los profesionales implicados están muy satisfechos con el cambio que perciben, no solo en los jóvenes, sino en la familia.
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